Esclavos somos del tiempo,
como presos de las horas,
gigante que nos persigue
hasta llegar a la aurora.
Titiritero del hombre,
Son los hilos de las horas,
agujas que corren mucho,
cuando el tiempo las inquieta.
Se congelan los segundos,
cuando mas se ansia la espera…
Para el amor vuela el tiempo,
entre mil tiernas promesas,
de los amantes lejanos
que en la noche se reencuentran.
Y así vuelan los segundos,
con las risas más extensas,
con una puesta de sol,
con una tarde de feria.
Vuela el tiempo a la alegría,
pero no vuela a la pena,
Eterna se hacen las horas,
cuando acecha la dureza….
de ver la muerte cercana,
de llantos y de miserias.
Eterna se hace la espera,
para el guardián de un castillo,
rodeado de malezas.
Para el mendigo que aguarda
la limosna que no llega.
Como eterno se hace el día,
para olvidar una ofensa,
eterno se hace el segundo,
para olvidar con certeza,
el amor desengañado,
de quien dejó de quererla……
Pero no todo es en él,
prisas y largas esperas,
El tiempo enseña a curar,
las heridas de una guerra,
como cura corazones,
encriptados en tristezas,
Cura la muerte de un padre,
y la injuria mas incierta,
Cura el pasado de un hombre
sin olvidar lo que fuera.
El tiempo corre pausado,
y a las personas acecha,
junto con el van las horas,
minuteros que no cesan…
Solo podrá destronarlo,
una poderosa fuerza,
enemiga de la vida,
amante de las tinieblas.
Solo detiene a este tiempo….
la muerte cuando nos llega.
Elena, es precioso, que maravilla. Me has dejado de piedra, ya lo sabes...
ResponderEliminarY que verdad mas grande dice ese Poema.
¡Felicidades! Un beso.
Una vez más, me pongo a tus pies... has dado en el clavo con la temática del poema, ultimamente ando mosqueado con el tiempo... Parafraseandote... "vuela el tiempo a la alegría, pero no vuela a la pena".
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